El 1º y 2 de noviembre representan una fiesta para conmemorar a los santos muertos. Personas de toda la República Mexicana esperan con ansias el regreso de las almas de sus seres queridos, preparando un festín y decorando hermosos altares para esperar la llegada de los añorados visitantes.
Son muchísimas las tradiciones utilizadas para celebrar el día de muertos, así como armar y decorar hermosos altares de muertos, también autores y cantantes han conmemorado el día con espectaculares y satíricas canciones y por supuesto las tradicionales calaveritas.
Canciones:
“Desde el fondo de la tierra
más allá de la existencia
flotan almas solas
todas crucificadas
hombres y mujeres lloran
por un amor que nunca tuvieron”.
- “La llorona” – Caifanes
“Dame la muerte chiquita
Dame la muerte pequeña
Y así tal vez en tus brazos
Alcanzaré gracia plena”.
- “La muerte chiquita” – Café Tacuba
“¡Ay Calavera Catrina!
En tu sombrero adornado
Se nota que estoy marcado
Y hasta el cuero
Se me enchina”.
- “La Catrina” – Susana Harp
“Dicen que la muerte anda tras mis huesos.
Si es así la espero, pa´ darle sus besos.
Y si no me alcanza la muy condenada,
me paro un ratito pa´ verla enojada”.
- “Dicen que la muerte”- Rodrígo González
Calaveritas:
Quien quiera gozar de veras
y divertirse un ratón,
venga con las calaveras
a gozar en el panteón.
Literatos distinguidos
en la hediondez encontré
en gusanos confundidos,
sin ellos saber porqué.
Y en gran tropel apiñados
Los vendedores corrían
contentos y entusiasmados
por el negocio que hacían.
Cereros de sacristía
que roban la cera al rato,
que con mucha sangre fría
se echan el sufragio al plato.
- José Guadalupe Posadas
Andando vagamundo
me encontré una calavera,
y le dije en lo profundo:
a mí lo mismo me pega
más que sea del otro mundo
- Guillermo Prieto
Al señor General Porfirio Díáz
Se acabó su omnipotencia
y por ser un gran majadero,
la Parca sin más clemencia
se lo llevó al cementerio
dejando a Pancho Madero
que ahora es el mero mer,
y le dice al señor Díaz:
por andar de peleonero
ahora tienes las patas frías
- Vanegas Arroy
La Muerte
También la Muerte llegó
a la hora de la suerte
y en el lecho de muerte
la Muerte reflexionó:
“Qué curiosa soledad,
que entre tantas calaveras
todas eran de a deveras
y la mía no era verdad.”
Y feliz fue a la cantina
llamada “Del Otro Mundo”
para que ya nada inmundo
toque a la Vida Catrina.
- Daniel González Dueñas