Por: Nora María de Guadalupe Ponce Vega, Psicóloga egresada de la Universidad Intercontinental, enfocada en la terapia cuántica y orientación vocacional.
La edad de ajuste preparatoriano es de las más hermosas, es un descubrir inmenso y un despertar de muchas capacidades dirigidas hacia nosotros mismos o al exterior, positivas o destructivas. Justo en este punto quiero hablar de la importancia de algunas de las características que contribuyen a la formación de la identidad y la búsqueda de uno mismo: la sinceridad y el discernimiento, enfocándolo en este caso a la orientación vocacional.
Si estás cursando la preparatoria y te sientes insatisfecho con la orientación que has recibido, es tu responsabilidad exigir que te brinden herramientas para tomar esta trascendente decisión. Existen centros públicos o privados donde psicólogos profesionales aplican baterías* de orientación vocacional, también es deber de las preparatorias realizarlas a sus alumnos.
La cuestión es que los test vocacionales muchas veces parecen manipulables y se cree, a juicio de algunos, que son insuficientes o no sirven. La clave está en que, a pesar de lo que te haga sentir o pensar, respondas sinceramente; estas pruebas están estandarizadas y enfocadas para responder tus dudas.
He aquí donde entra tu discernimiento, porque los resultados no son una imposición, ni son deterministas, además, sólo evalúan una parte de las potencialidades humanas. Asimismo, la entrega de resultados es más acertada si se profundiza también en la entrevista vocacional que se realiza para poder corroborar y comprender los datos arrojados por las pruebas, ya sean psicométricos, proyectivos o de personalidad.
Recalco que es imprescindible que comprendas que la fiabilidad de los resultados que te entreguen (y para que te sirvan de verdad) tienen que ver con tres cosas: tu sinceridad en las respuestas, el grado de profundización de la entrevista vocacional, y de las capacidades del psicólogo que integre tus datos.
Aunado a lo anterior, también es de suma importancia que realices de forma sincera las actividades que te propongan en la escuela para este fin, y que un día te detengas a pensar claramente en tu proyecto de vida venciendo la ansiedad que esto te pueda provocar. Sólo respira profundo, será tiempo excelentemente invertido, haz un alto a la agitación de la vida cotidiana para comenzar a adoptar los elementos que te permitan vivir la vida y no que la vida te viva.
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