Enfermedades cardiovasculares, obstáculo a superar por el bien de los mexicanos
Hoy en día, la obesidad, el sobrepeso y otros problemas cardiovasculares como la diabetes mellitus, en muchas partes del mundo y en México, son uno de los principales factores de morbilidad y mortalidad, reduciendo la esperanza de vida de las futuras generaciones de nuestro país. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, realizada en el año 2012, indica que 42.6% de los hombres mayores de 20 años, sufren sobrepeso y 26.8% obesidad, mientras que las mujeres presenta 35.5% y 37.5% respectivamente, lo cual representa una amenaza a la salud de los mexicanos.
Existen diversas razones que propician este tipo de enfermedades no transmisibles, que son producto del sedentarismo y de la mala alimentación.
Los buenos hábitos como el ejercicio y las actividades al aire libre, poco a poco van quedando en el olvido, ya que la mayoría de las personas lleva una vida muy ajetreada, lo cual hace que su tiempo libre lo ocupen para ver la tele o revisar las redes sociales en vez de ejercitarse. Asimismo, la mala alimentación se debe a la falta de tiempo, ya que es más fácil comprar comida preparada que muchas veces resulta perjudicial para la salud.
Las enfermedades cardiovasculares afectan la productividad de las personas, por lo tanto, también perjudican la productividad de las empresas y del país.
En cuanto a los niños, se les dificulta desarrollarse adecuadamente en el ámbito escolar. Es por ello, que es de gran importancia prestar atención y ponerle un alto a este problema, debido a que representa un obstáculo para el desarrollo social y económico de nuestro país, ya que una población sana es igual a estabilidad y progreso.
En México, para erradicar este problema que afecta gravemente a la población, se requiere la activa participación de la coordinación intersectorial, los tres poderes del gobierno y del sector privado. Es por ello que se creó la Estrategia Nacional Para la Prevención y el Control de Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, el cual tiene como objetivo principal promocionar la salud alimentaria y la activación física por medio un plan de comunicación educativo e intervenciones que regulen, controlen y concienticen a la población sobre el consumo de alimentos y bebidas de bajo valor nutricional.
Las acciones del programa están especiamente dirigidas a los niños con sobrepeso y obesidad, para ello, se estableció un Observatorio Epidemiológico de la Salud que mide el impacto de dichas acciones. Además, se implementó un modelo de atención integral que se basa en la prevención y el suministro de insumos, capacitación del personal y la integración de las nuevas tecnologías para obtener mejores resultados.
Asimismo, se enfatizó en proporcionar al consumidor, la información nutricional adecuada a través del etiquetado de los productos y de la publicidad de los mismos que va dirigida al público infantil.
Lógicamente, existen desafíos al enfrentarse a esta situación, uno de ellos es la desigualdad social, ya que tratar estas enfermedades significa un gasto. Además, representan un reto ya que son de gran magnitud, incrementan rápidamente y sus efectos en la salud de quienes las padecen, son perjudiciales.
Las consecuencias de dichas enfermedades repercuten en la productividad de las personas, ya sea laboral, escolar o económica, por eso este plan es de carácter permanente y se espera que para el año 2018 reduzca el riesgo de mortalidad prematura por diabetes y la inactividad física, que aumente el control de pacientes con diabetes y que se detecte oportunamente el aumento de estas enfermedades.
Gracias a esta estrategia que implementó la Secretaría de Salud, la ingesta de calorías ha disminuido, ya que se ha reducido el consumo de bebidas y alimentos de alto contenido calórico y con poco valor nutricional. Además, muchos productos han sido sometidos a inspección para ser acreedores del Distintivo Nutrimental.
Fuente: Secretaría de Salud
