En el 2007, después de haber trabajado por más de 10 años en el mundo corporativo, sentí que tenía una misión más grande, y como nos pasa a muchos, una insoportable necesidad de “dejar huella” (sí, yo sé, respuesta típica para concurso Miss Universo); por lo que decidí emprender. Si hubiese sabido en aquel momento lo que iba a suceder en realidad, creo que no lo hubiera hecho.
Hoy no lo cambio por nada del mundo. No soy un emprendedor nato, soy un emprendedor tardío; con muchas taras propias de mi generación y de mi educación prusiana enfocada a ser empleado de alto nivel (según ellos). Hoy después de varios años, muchas noches en vela, mucho, mucho stress, mucho apoyo de mi Esposa y mis Padres, un maravilloso equipo de trabajo y grandes satisfacciones, miro para atrás y veo grandes aprendizajes…
El Julio Lozoya de hoy (JLH) va a darle algunos consejos al Julio Lozoya de antes (JLA) e incluso, le voy a dar a mi Julio Lozoya de antes una lista prohibida del futuro que puede alterar su presente , ¡no se la pierdan!, promete estar interesante.
JLA: ¿Qué mensaje nos darías a quienes estamos pensando emprender, o que ya nos encontramos en este proceso?
JLH: Primero, los felicito. Segundo, que aprovechen toda la ayuda que puedan, porque la van a necesitar ja, ja, ja, ja, ja. Es mucho más desafiante y exigente de lo que puedes creer “pequeñín”. Es una maravillosa prueba de resistencia humana, requiere mucho esfuerzo, dedicación, y trabajo; que si uno lo supiera desde el principio, probablemente no lo haría.
El emprendimiento pone a prueba la resistencia humana, que es la que nos permite superar cualquier tipo de adversidad. Si tenemos claro cuál es el propósito superior por el que lo hacemos, si ese es el motor de nuestro emprendimiento y no el dinero, resistiremos lo suficiente. De lo contrario, frente a la primera adversidad, flaquearemos. El fin superior es ese propósito maestro que nos guiará y nos dará la resistencia necesaria para sacar adelante nuestro emprendimiento. Es esa motivación profunda de generar un impacto en la sociedad, desde cualquier punto de vista. Y todo negocio, de una u otra manera, impacta la sociedad.
JLA: ¿Qué cosas de las que has hecho, no volverías a hacer?
JLH: “El hubiera no existe”; porque siempre tomas la mejor decisión que puedes, con la información que tienes en ese momento y con la realidad que estás experimentando. Siempre es más fácil juzgar desde afuera. Todo es relativo a la perspectiva del momento. De hecho hay un chiste que dice que la duración de un minuto depende de qué lado de la puerta del baño estés. Eso es lo relativo de la forma de ver las cosas. ¿Qué no volvería a hacer…?… Ahí te va:
No saltaría de empleado a empresario de jalón
Es como un salto al vacío. Después de tener una estabilidad económica, prestaciones, sueldote, oficina en la esquina pero sobretodo una serie de responsabilidades que afrontar, hacer ese cambio tan abrupto afecta dramáticamente el cash flow familiar. Uno a veces piensa que si no se lanza completo no lo va a hacer, porque el trabajo te absorbe mucho tiempo para desarrollar el emprendimiento. Sin embargo lo mejor es irlo haciendo en paralelo, ir avanzando en la construcción de comunidad, en el diseño del modelo de negocio, en identificar aliados y en ir construyendo mientras aún eres empleado, porque además ese dinero te va a servir para inyectarle al negocio. Por otro lado, si crees que trabajar en paralelo en tu emprendimiento mientras mantienes un trabajo tiempo completo es muy exigente, ja, ja, ja, ja, ja, piénsalo dos veces antes de emprender, porque sobretodo al principio vas a requerir mucho más tiempo, esfuerzo y agudeza mental del que “nunca en tu empleada vida” has realizado.
No abriría oficina desde el primer día
A menos que la empresa requiera una presencia física desde el primer día, recepción de clientes o prestación de servicio en un lugar específico; tómalo con calma. Especialmente al comienzo, debes cuidar y proteger el cash flow al máximo. Es el oxígeno de todo negocio. Hay alternativas viables para empezar como co-work, estaciones de trabajo que se pagan por horas, días, semanas o meses. Especialmente para los de mi generación, una oficina física es sinónimo de empresa. Eso está totalmente sobrevaluado y lo hubiera hecho diferente.
JLA: Con la experiencia que tienes hoy ¿Qué harías que en su momento no hiciste? ¿Qué cosas te hubieran ayudado, de haberlas hecho?
JLH: Qué hubiera hecho que no hice… Crear comunidad antes de empezar el negocio
Empecé a crear la comunidad al mismo tiempo que empecé con la empresa. Pero el que la gente se enteré que existes y eres confiable, toma tiempo. Tiempo valiosísimo especialmente por el bendito cash flow. Desde antes de empezar ya hay una serie de responsabilidades económicas del negocio (sin contar las familiares), que exigen ingresos desde el primer día, algo que rara vez sucede en la proporción y la velocidad que uno espera y tanto necesita. Se puede ganar mucho tiempo (y salvaguardar el cash flow), si empiezas a crear la comunidad antes de lanzar el negocio. Crear una comunidad es empezar a hablar del tema que será tu negocio (moda, alimentación sana o fotografía) en tu propio blog o en tu red social. Empieza a crear un prestigio entre quienes les gusta o les interesa tu tema. Esos serán los clientes futuros. De esa manera, cuando sea el momento de lanzar el negocio, ya tendrás los primeros clientes potenciales que te conocen y confían en ti. Eso es oro… bueno, oxígeno.
Monetizar desde el primer día
En otras palabras, tener muy afinado el modelo de negocio desde el comienzo. Tener claro de dónde van a venir los ingresos y tener el portafolio de productos/servicios necesarios para la comunidad que estás creando, en resumen: “Tener claro que demonios vendes”. En mis comienzos me enfoque casi exclusivamente en crear contenido de valor para los empresarios, pero con pocas opciones de productos para comprarme. Es como si se me hubiera olvidado que tenía que vender. Simplemente pensaba que si generaba contenido, o definía servicios en el papel, los clientes llegarían solos. Y sí, pero hay que tener cosas para venderles y después hay que operarlas para dar resultados. Suena obvio, pero hay que ayudarse un poquito. Hoy funcionamos así, todos los clientes llegan gracias al contenido que generamos (online y offline), pero en los primeros días las cosas eran muy diferentes. Entendí que está bien ayudar a los demás, pero que no hay que olvidarse de uno mismo. Finalmente hay que seguir pagando las cuentas y los colegios de los hijos. Hacer el bien no tiene que reñir con hacer dinero.
Delegar creativamente
Cuando empiezas no hay lana, por lo que asumes que no puedes contar con mucha ayuda, porque no puedes pagarla. Piensas que para poder delegar debes tener empleados. Es la típica y obsoleta mentalidad herencia de tu empleada vida. Cuando piensas que puedes hacerlo todo solo, es cuando te empiezas a convertir en el cuello de botella de tu negocio y lo peor, en tu peor enemigo. El emprendedor se vuelve el principal obstáculo para el crecimiento. Te pasas el tiempo haciendo cosas que alguien más podría hacer mejor que tu, dejando de hacer cosas que nadie va a poder hacer por ti, ¡ah!, pero estas ocupado y en tu empleada vida eso era bien visto, tu jefecito te halagaba, debe ser que acá también funciona, pero ¡sorpresa! esa es una de las mayores trampas del emprendimiento. A mi me ha costado muchísimo entender este tema y saber que hay otras formas de apalancamiento, como comunidades enteras de personas freelance, asistentes virtuales, aliados estratégicos (iniciativas con otras compañías), peers, entre muchos otros. No es pensar qué puedes hacer con lo que tienes (que siempre será limitado), sino que necesitas hacer para lograr lo que quieres. Es una mentalidad diferente que a veces nos cuesta. Siempre veo el proceso de empleado a empresario como la metamorfosis de oruga a mariposa, no es cambiar de chamba, es cambiar de vida.
Buscar apoyo desde temprano
Hay muchas entidades que apoyan iniciativas de emprendimiento: Cámaras de Comercio, organizaciones no gubernamentales, fondos privados, programas de gobierno, entidades internacionales, entre muchas otras. Nunca ha habido tanto apoyo al emprendimiento como ahora, pero hay que buscarlo. Con mi mentalidad heredada de mi empleada vida y mi ego bien formado en la Universidad más cara de México, pensé desde el comienzo que podía hacerlo solo. Aprendí que somos muy buenos ayudando, pero muy malos pidiendo ayuda. Preferimos tropezarnos una y otra vez, sabiendo que hay formas más eficientes de hacer las cosas. Sin apoyo y sin el aprendizaje de otros que ya han pasado por lo mismo, nos toma mucho más tiempo, dinero y dolores de cabeza.
JLA: Ahora hablemos de la otra cara de la moneda… ¿Qué seguirías haciendo? ¿Qué has hecho que te ha funcionado y recomendarías seguir haciendo? En otras palabras, ¿Qué de lo que has hecho te ha ayudado a llevar a tus empresas hasta donde están hoy?
JLH: Qué seguiría haciendo… que buenas preguntas pequeñín, creo que eres tan inteligente como yo (ja, ja, ja)
Tener un propósito superior absolutamente claro
Siempre lo tuve. De hecho ese fue el detonante para lanzarme a emprender. Ayudar al mayor número posible de personas a sacar sus negocios adelante. Ha sido, es y será nuestra misión en la empresa: Ayudar. Cuando uno tiene claro el propósito de su negocio, por qué realmente hace lo que hace, sea lo que sea que venda, el producto/servicio es tan solo un medio, no un fin en sí mismo. Lo que sea que vendas es solo un instrumento para lograr el propósito superior. Lo que vendes siempre puede cambiar, pero el propósito es la brújula que guiará tus acciones por siempre. Cuando tienes claro tu propósito, la energía es inagotable. En mi caso, si nuestra misión es ayudar a que la gente saque sus negocios adelante y que tenga éxito en su profesión, cualquiera sea el campo en el que se desempeñe, siempre tendremos trabajo por hacer. Es un propósito inagotable, por eso la energía para sacarlo adelante es inagotable. Todos los miembros del equipo nos levantamos cada día no pensando simplemente en ir a trabajar, sino en a quién podemos ayudar. Es una perspectiva y una motivación diferente. Le da sentido al trabajo y por ende, le da sentido a la vida.
Tener muy claro el diferencial del negocio
Es probablemente en las cosas que uno más falla como emprendedor. Con la herencia de tu empleada vida te enamoras de una idea de negocio, olvidando validar si además de una idea es realmente una oportunidad de negocio. Si uno no resuelve nada mejor de lo que ya existe, serás un commodity. Si no hay un diferencial claro de por qué un cliente debería trabajar conmigo en vez de otra opción, terminaremos compitiendo por precio. Al comienzo me di cuenta que salir a ofrecer algo más que muchos ofrecían, haría mi vida mucho más difícil. Al comienzo cuando hacía consultoría, no había una clara diferencia percibida por los clientes. Especialmente si consideras que en este mundo no hay desempleados, son vendedores o consultores y más recientemente coaches (ja, ja, ja). A los pocos meses entendí que debía contar una historia diferente y ofrecer una razón de preferencia. El punto es que no importa lo bueno que seas o lo maravilloso de lo que vendas, si el mercado no percibe diferencia, será infinitamente más difícil sacar la empresa adelante. Probablemente por eso me he dedicado tanto a evangelizar sobre el tema de diferenciación. Es crítico para el éxito de cualquier negocio.
Generar contenido
Esto es algo que viene en mi naturaleza, soy chismos y platicador, en términos profesionales me llaman: “Generoso con la información”. Cuando encontramos algo o descubrimos una nueva forma de hacer algo (Lore), lo primero que hacemos es salir a contarlo en un artículo del blog o en un video o en donde sea. La información existe para todos, lo que hacemos nosotros es comunicarla de manera muy sencilla para que la gente la pueda entender y poner en práctica. No vivimos de las ideas, las ideas son de dominio público. Vivimos de dar herramientas y hacer que las personas puedan aplicar esas ideas en su propio negocio y en la personalización de las mismas. Pero en sí las ideas no son de nadie. Sólo somos un instrumento para conectar los puntos de manera que tengan sentido, para que inspiren y lleven finalmente a la acción y a mejorar la realidad de cada persona. Crear contenido original y compartirlo es una poderosa forma de generar valor y crear comunidad. Es por el contenido que muchas personas nos leen y nos encuentran navegando la web. El contenido además de ayudarle a la gente con su negocio, nos expone y nos hace visibles para que a su vez más personas disfruten de él. Las comunidades se crean alrededor de la generación de valor, no alrededor de lo que uno vende. Eso será la consecuencia.
Apoyarme en aliados estratégicos
Apoyarse en aliados estratégicos es pensar en otras compañías que llegan al mismo mercado que tu llegas y con las cuales podrías desarrollar acciones conjuntas para lograr aún mejores resultados para los dos. Es unir esfuerzos para lograr mayor alcance e impacto en el mercado. Es como montarse en hombros de gigantes, pueden ser compañías más grandes, más pequeñas o del mismo tamaño que usted, pero parte del principio que la suma de las partes es más que cada parte individual. Hay más empresas que están luchando por las mismas cosas, sin que sean necesariamente competidores directos, esos son los mejores aliados.
JLA: ¿Algún mensaje final?
JLP: Si, déjame darte una lista de personas que de verdad pueden ayudarte ahora que estás empezando a emprender, es una lista que tu yo del futuro te está dando, nadie debe verla ni nadie debe saber que te la estoy dando, quien sabe que cosas puedan cambiar en el futuro si usas está lista a tu favor
Para dar de alta tu empresa, llámale a Alejandro Trujillo, en su despacho sabrán orientarte en si debes usar una SAPI de CV o una SA de CV o lo que más te convenga y a constituirte como empresa, hacer contratos y todas esas cosas legales que vas a necesitar, te estoy ahorrando muchos dolores de cabeza, acuérdate de mi.
Para hacer tu imagen corporativa, logo, tarjetas, website, etc. llámale a Gary Burak, el tiene una agencia de publicidad (Burak y Asociados) que puede ayudarte mucho.
Para hacer la transición de empleado a empresario y dejar atrás tu empleada vida, más rápido (a mi me tomó casi 10 años), llámale a Gabriel Uribe, es coach de negocios, el sabrá guiarte para pasar de tu empleada vida a tu nueva realidad empresarial.
Cuando necesites contratar tus primeros empleados, llámale a Jimena Osio, ella te ayudará, sabe como hacerlo, tenle mucha confianza, es una buenaza.
Si en algún momento, tu vida personal no está en armonía por este proceso de transición, no dudes en llamarle a Ludy Ochoa, ¡si!, tu amiga de la Universidad, ella tiene un consultorio que ayuda a los empresarios a llegar a su máximo potencial, balanceando la mente, el espíritu y la técnica, llámale, búscala, vas a necesitarla porque vienen tiempos difíciles.