“Conócete a ti mismo”.-Sócrates
Es muy importante analizar el entorno: identificar las oportunidades para aprovecharlas, detectar las amenazas y asumir el grado de responsabilidad social que tenemos.
Sin embargo, también es muy importante realizar un “diagnóstico interno” para tener claras nuestras fuerzas o capacidades organizacionales, nuestras debilidades o limitaciones. En otras palabras, “conocernos a nosotros mismos”.
Hace algunos años, en un ejercicio de autodiagnóstico, una empresa experta en seguros muy especializados llegó a la conclusión de que le faltaba más “conocimiento” técnico. No se sentían lo suficientemente fuertes en su saber del ramo y en el dominio del idioma inglés. No obstante, al momento de acudir con los clientes para que expresaran su sentir, resultó que ellos no le daban importancia ni a los conocimientos técnicos, ni al dominio del inglés; de hecho, estos dos factores les tenían sin cuidado. Lo que les preocupaba era que los ejecutivos fueran puntuales en sus citas, compromisos y llamadas, y que cumplieran a tiempo con la entrega de proyectos y cotizaciones.
En este ejemplo, lo que los ejecutivos consideraban debilidades no eran percibidas así por el mercado. Por ello, es primordial definir qué es lo que crea valor en los clientes y cuáles son las actividades y recursos que combinados otorgan ese plus, ese valor para nuestro segmento.
¿Ejemplos? A principios de los 80, Cementos Mexicanos se enfrentó a una decisión estratégica crucial: por un lado tenía la idea de “diversificarse”, que en esa época era la moda estratégica de acuerdo con los “expertos”; consistía en meterse en negocios afines para “disminuir” el riesgo y “no poner todos los huevos en la misma canasta”.
Para CEMEX significaría entrar al sector de la construcción y probablemente al de turismo, administrando hoteles.
Un cuidadoso análisis interno —un diagnóstico— les hizo darse cuenta de que eran muy hábiles en la producción de cemento, y fue así que decidieron enfocarse en su principal capacidad: fabricar y distribuir cemento. Una vez tomada la decisión empezaron a adquirir cementeras mexicanas (Anáhuac, Cementos Guadalajara, Tolteca, etc.) y posteriormente cementeras en el resto del mundo (La Valenciana en España, Lone Star en Texas y muchas otras).
CEMEX cuidó mucho que sus habilidades y recursos se incrementaran, que se diera un verdadero proceso de aprendizaje y, por ende, un fortalecimiento de sus capacidades organizacionales. Varios años después, CEMEX es un ejemplo de una empresa mexicana globalizada con operaciones en todo el mundo, y es la segunda empresa mundial en fabricación de cemento a la vanguardia en el uso de la tecnología en un sector industrial tan maduro como lo es el de la fabricación del cemento.
Ejemplo de ello son sus sistemas de comunicación con satélites de baja altura que le permiten realizar una programación dinámica en la entrega de cemento y concreto premezclado a sus clientes. Se trata de un ejemplo en el que un buen autodiagnóstico precede a una muy buena formulación estratégica.
En el siglo V a.C., Sócrates decía: “Conócete a ti mismo”, el aforismo es válido para quien, queriendo formular la estrategia de su empresa, reflexiona sobre lo que hace bien y le es reconocido (sus fuerzas o capacidades), lo que no hace bien (sus debilidades) y lo que le gusta (sus preferencias personales). Estos tres indicadores se definen siempre en relación con el entorno.