En la década de 1960, en la ciudad de México, era muy famoso el eslogan de la estación de radio 620 de AM, “La música que llegó para quedarse”; ahora, en el doceavo año del nuevo milenio, ya podemos recapacitar sobre algunas tecnologías que, aludiendo a ese viejo (y recordado) eslogan, “llegaron para quedarse”.
La reflexión viene a cuento porque en Estados Unidos se está dando una leve recuperación de la economía, que a diferencia de otras, no ha sido acompañada por un crecimiento significativo del empleo, pero, ¿a qué se debe esta situación? Probablemente a las características de la nueva economía que permite innovaciones y la creación de riqueza que no necesariamente va ligada a más empleos.
Se trata de cambios muy sutiles, cambios de los que a veces ni cuenta nos damos y que de pronto ya están firme y totalmente instalados entre nosotros. Tomemos, por ejemplo, el caso de la digitalización. Habrá algunos a los que no les gustará, incluso hasta se resistirán, pero llegó para quedarse. En este año hay 2,000 millones de personas en la tierra conectadas a Internet, para 2015 (en tres años) serán 3,000, y para 2020 sumarán 4,000 billones.
Actualmente, en el mundo hay unos 5,000 millones de teléfonos, 500 son smartphones y 60 millones de tablets (como el iPad) y el número crece a paso firme. Todos estos aparatos son digitales, así que el mundo de la comunicación ya es 100% digital.
Y así como la digitalización es una característica a tomar en cuenta, hay también muchas otras; a continuación una lista que nos ayuda a entender por qué no ha habido una fuerte creación de empleos:
Conocimiento (el nuevo milenio tendrá una economía basada en el conocimiento)
– La innovación, clave para la creación de riqueza, se da en el conocimiento, voluntad, inteligencia y capacidades que poseen los individuos; las personas se vuelven entonces la clave para lograr innovación, valor económico agregado y creación de riqueza.
Digital (seremos digitales, es decir, viviremos en una economía digital)
– El mundo digital ‘acerca’ la información, con lo que se empiezan a romper barreras de tiempo y de espacio, de disponibilidad y de información, de comparación y de aprendizaje; antes teníamos que ir a una biblioteca o comprar libros y revistas, ahora, la búsqueda es inmediata, muy barata y con fuentes completas y abundantes.
Virtualización (lo físico será virtual)
– Así como lo mecánico se volvió electrónico, lo físico se volverá virtual, habrá cada vez más compras y comparaciones a distancia, mediante la realidad virtual.
Integración (interdependencia, trabajos en red)
– La facilidad de las comunicaciones permitirá trabajar desde lejos en coordinación con muchas personas, habrá más trabajos en red.
Desintermediación (menos intermediarios)
– El acceso a la información, a clientes y proveedores, así como a datos acerca de los competidores irán eliminando a los intermediarios (pensemos en las agencias de viajes y su papel para hacer reservaciones en los hoteles que Internet ha ido eliminando, en los restaurantes, etc.).
Convergencias (negocios que abarcarán varios sectores)
– Alianzas que hasta hace poco se consideraban imposibles y que, debido a la digitalización y la desregulación, se irán haciendo más comunes.
Innovación (constante en el nuevo milenio)
– Como comentábamos antes, la innovación será la clave para la creación de riqueza.
Desaparición del gap entre consumidores y productores
– Al momento en que los intermediarios van desapareciendo, el gap entre consumidores y productores se irá reduciendo; también hay que considerar que, al reducirse, los productores conocerán cada vez más y mejor a sus consumidores, lo cual les dará la oportunidad para que, usando la innovación y creatividad, puedan crear bienes y servicios que ofrezcan mayor valor.
Inmediatez (ciclos de vida rápidos, disponibilidad inmediata en tiempo y lugar)
– Al tener la información cada vez más disponibles y al tener los bienes y servicios más accesibles, los ciclos de vida tenderán a reducirse.
Globalización
– La desregulación, presente en tantos países y zonas geográficas, así como la digitalización que se ve reflejada en las tecnologías de información (computadoras, software, Internet y telecomunicaciones) están dándole un impulso real a la globalización, la cual, sin esos factores, no habría prosperado como lo ha hecho.
Nuevos tiempos, nuevas características, más vale conocerlas y evaluarlas, para usarlas a nuestro favor o para que, por lo menos, no nos perjudiquen.