Cuando disminuimos nuestro consumo de energía no sólo contribuimos a reducir las emisiones de gases del efecto invernadero, también es una acción que trae beneficios a la economía de la familia.
Una de las medidas más importantes para contrarrestar el cambio climático es evitar la utilización de energía proveniente de combustibles fósiles (resultado de la quema de petróleo, carbón o gas) y así ayudar a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, CO2.
Para cuidar la vida que habita en nuestro planeta debemos remplazar estos combustibles fósiles por energías renovables, utilizando fuentes naturales como el sol, el viento, los cauces de agua y el calor de la Tierra.
En nuestro país todos somos responsables de hacer un uso inteligente de la energía, tanto gobiernos estatales, federales, las industrias y el resto de la sociedad. De acuerdo con la Comisión Nacional de Ahorro de Energía (Conae), México tiene un potencial de ahorro de energía superior al 20%, lo que representaría una cantidad de 100 mil millones de pesos al año.
Para aprovechar este potencial debemos adoptar diferentes hábitos, ya sea en el hogar, en el trabajo, en lugares públicos, etc. Tomemos en cuenta que estas acciones ayudarán a combatir al cambio climático y a fomentar una cultura de eficiencia energética.