Mientras la calidad de vida está mejorando en todo el mundo, los líderes mundiales deben enfrentarse a dos tendencias que preocupan profundamente: la disminución de los derechos personales, la seguridad personal, la tolerancia y la inclusión, así como un progreso lento y desigual en todo el mundo, según una nueva investigación publicada hoy por el Social Progress Imperative en colaboración con Michael E. Porter de Harvard Business School y Scott Stern del MIT.
Por primera vez, el Social Progress Imperative, que publica anualmente el Índice de Progreso Social, comparó el desempeño del progreso social de 128 países a través de cuatro años y revela las tendencias mundiales, regionales y nacionales.
El Índice de Progreso Social 2017 indica que desde 2014, los Derechos Personales -que incluyen rangos de medidas de derechos políticos y libertad de expresión- disminuyeron en más países de lo que mejoraron.
El índice detecta un rápido deterioro de los derechos, especialmente marcado por la disminución de la participación política y el deterioro de las libertades de expresión y reunión en seis países, entre ellos: Turquía, Tailandia y Hungría.
Treinta y tres países experimentaron un deterioro de los derechos: Brasil observó el juicio político de la presidenta Dilma Rousseff, y Polonia está restringiendo cada vez más la libertad de expresión y disentimiento.
Las mejoras en Seguridad Personal en los últimos cuatro años siguen siendo obstinadamente esquivas. Casi tantos países experimentaron una caída, como se vio un aumento en esta categoría de progreso social, que abarca el terror político y las muertes por tránsito.
